martes, 25 de septiembre de 2012

Especial Galicia: Dos restaurantes para recordar. (I)

Llegamos a nuestro último Especial Galicia después de los tres anteriores (II, III y IV) y esta vez vamos a hablar de los dos mejores restaurantes de Galicia. Hablamos , cómo no,  de Casa Marcelo y Casa Solla.
(Fotos realizadas por J.A.)

Hemos hablado de: sitios recónditos como Galileo en Ourense, nuevas propuestas en la ciudad de Tui como Silabario y del multiculturalismo gastronómico de Santiago; para ahora hablar de dos restaurantes que se encuentran entre los grandes de España y a nuestro modo de ver son los mejores de Galicia.

Casa Solla

En Poio, a pocos kilómetros de la ciudad de Pontevedra, se encuentra la masía de San Salvador. Allí empezó todo allá por el año 61 aunque sería Pepe Solla, hijo, el que reinterpretaría el recetario tradicional gallego. Una cocina que desprende dedicación y cariño y con una fijación más allá de cualquier otra que es el producto. 

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La cocina de Pepe, junto con Marcelo Tejedor, es el origen del Grupo Nove y es la pionera de la verdadera vanguardia gallega. Pepe, sin perder las raíces, ha logrado consolidarse como el restaurante gallego de referencia en el panorama nacional. Con un comedor muy luminoso con unas vistas inigualables dan un encanto especial al momento. Nosotros, mientras tanto, empezamos con unos manzanillas del Equipo Navazos.


Elegimos, cómo no podía ser de otra forma, el Gran menú Solla maridado con vinos gallegos. Pepe cuida mucho la bodega ya que antes de ser cocinero fue sumiller y pastelero. Un menú de 20 platos (102 €), y alguno más, con el que se entiende la filosofía del restaurante con la dicotomía constante entre producto y técnica. Lucha en la que suele ganar el producto en la mayoría de las ocasiones.

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Comenzamos con una Sopa fria de melón-pepino muy refrescante y propia para comenzar el menú.  Inmediatamente después vino la Mantequilla con las Cortezas de Mar y el Pan con Aceite. Una mantequilla gallega buena que, aunque parezca mentira, es difícil de encontrar. Los acompaño el vino generoso La Bota de Manzanilla nº 32, un espectáculo.

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Continuamos con tres mini-platos como el Bloody Mary, esta vez en un tomate cherry, que estaba correcto. El Huevo que no es..., Calabaza y Queso rozando la excelencia en sabor y textura. Y la Croqueta cremosa de Jamón Ibérico que no podía ni faltar ni fallar.

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Aún antes de los primeros pudimos probar dos "amuse-bouche" más. Uno, el Berberecho y choco en escabeche que estropeo el sabor la hoja ficoide con una acidez excesiva. Otro, Sopa de ostras con hortensia y caviar que tenía un sabor un tanto neutro. Acompañamos estos dos platos con Viña Mein 2011 (DO Ribeiro).

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Tres principales junto con el albariño Eidos de Padriñán 10 (DO Rias Baixas)Navajas ligeramente ahumadas sobre salsa verde de cebollinoGuisantes y Vieira sobre Apio-nabo y Mostazas. El plato de las navajas representa el claro triunfo del producto sobre la técnica formando un plato excelente. Sin embargo los guisantes no nos gustaron tanto como las navajas y la vieira se mostró como un plato un poco plano ya que no resaltaba ninguno sabor.

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La entrada triunfal del godello de Telmo Rodriguez, Gaba do Xil 2011 (DO Valdeorras) que acompañó al plato más bonito de la comida, la Ensalada de Tubérculos y Ajada. Un plato de sabores gallegos con una presentación sobresaliente, un lujo.

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Tras el godello de Telmo vino el mencía de Eusebio, Lalama 2008 (DO Ribeira Sacra) y con él vendrían los platos principales del menú degustación: tres pescados y una carne.

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El primer pescado fue la Lubina con guacamole y sus guarniciones de la que destacamos su perfecta cocción con un sabor un tanto suave. Después vino uno de los mejores platos de todo el menú el Roastbeef de Rape y su hígado y por último el alucinante Bacalao sobre unos Callos marinos. Estos dos últimos platos nos encandilaron. El roastbeef era muy cercano al sashimi por lo que es un plato de producto y el bacalao cocido a baja temperatura combinaba a la perfección con los callos marinos. Este fue sin dudas el momento álgido de la comida.

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Para el plato de carne Pepe escogió el coupage (mencía, bastardo y tinto fino) de Quinta da Muradella (DO Monterrei). El plato de carne y último antes de los quesos era el Jarrete de cordero con Zanahorias que emplata el mismo en una mesa supletoria. Un plato algo dulce, con una presentación excelente y que cerraba el grueso del menú dejando al pescado como protagonista.

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Esperábamos ansiosos la sección de quesos y los postres por razones de sobra conocidas. De la selección de quesos hay que destacar el Parmesano gallego porque no era ni parecido al italiano, el siempre excelente Comté y el que nos gustó sobremanera Morbier todos acompañados de muy buenas confituras. Esta parte afrancesada de la selección quesos debería estilarse más en los restaurantes españoles.

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Llegaba la parte dulce del menú y una de nuestras partes favoritas que además maridamos con el moscatel MR Mountain Wine (DO Málaga). Comenzamos con las Gominolas y sorbete de Piña Colada un tanto ácidas que cumplen su función. Después vino la Sandía, helado de melocotón y lavanda para refrescar y luego el Verano. Este último un poco decepcionante. Por último vino un postre no apto para los que no les guste el café Torrefactos y frappe que dentro de la originalidad gustó. Pero faltaba algo antes de que vinieran los Chocolates, excelentes por cierto, que acompañarían al café. 

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Faltaba el famoso Suflé Alaska que veíamos pasar y que luego Pepe nos explicó que nadie después del menú Gran Solla solía pedir. Había una cosa clara desde el principio y era que no nos iríamos sin probar ese postre y así fue. Sin haber probado la versión individual de Via Véneto, este falso bizcocho con helado de vainilla y merengue nos robó el corazón.


Tras la magnífica comida pudimos comprobar que la casa de Pepe es un lugar para disfrutar en familia y así lo trasmite el mismo porque antes que un gran profesional es una gran persona. ¡Gracias maestro!

Casa Solla
Avenida de Sineiro nº 7
Poio, Pontevedra
986 87 28 84.
Precio 70-150€
www.restaurantesolla.com



Valoración personal.

Comida. (18/20)
Bodega. (17/20)
Servicio. (18/20)
Diseño y local. (17/20)

Casa Marcelo

Tras el anterior Especial sobre Santiago volvemos a la ciudad compostelana y visitamos al más grande de la ciudad Marcelo Tejedor. Correctamente  ahora Iván Domínguez es el jefe de cocina (también socio) de Casa Marcelo y artífice de la cena que disfrutamos. Estamos ante el restaurante más innovador de Galicia donde cada plato tiene un estilo propio y donde unas veces prima el producto y otras no tanto pero siempre prima la creatividad. 



Una sala pequeña que es casi una prolongación de la cocina. Luces tenues y predominio del blanco hacen que se trate de un restaurante que hay visitar de noche. Optamos por el menú degustación aunque en Casa Marcelo casi todo es informal ya que prescinde de carta y cambia cada poco los menús tanto de platos como de número de platos. En el aspecto de la bodega predominan los vinos gallegos con escasas referencias extrajeras.



Empezamos con un aperitivo que es un trampantojo, el Pimiento de Padrón. Un comienzo excelente acorde con lo que iba a ser la velada. Junto con este primer aperitivo vinieron los diferentes tipos (maíz, centeno y teja de sésamo) de Pan y Aceitunas. Los diferentes panes que realizan en el propio restaurante con masa madre son, sin duda alguna, los mejores panes que hemos probado en un restaurante. Las aceitunas manzanilla están rellenas de anchoas con un caramelizado de quicos y eran simplemente geniales. El inicio de la cena lo acompañamos con un La Bota de Manzanilla nº 22 (Equipo Navazos). Nada más que añadir del generoso.



La soberbia Ensaladilla de Merluza do Celeiro Lañada dio comienzo al espectáculo. Aunque estamos ante uno de los mejores platos del menú este aun fue a mejor. Un plato frío donde predominaban la textura de la merluza poco tratada.



Comenzamos la primera botella de albariño con el vino Soverribas de Nanclares 11 (DO Rías Baixas). El plato que lo acompañó fue un plato sutil y elegante los Calabacines "Finca de los Cuervos". Un plato producto donde pudimos entender la filosofía de Iván y su relación con el productor. Tanto es así que dedica el plato al agricultor que produce maravillas de un nivel inimaginable.



Después llegó la sorpresa de la noche, la Sardina del día, marinada, asada y ahumada. Bajo una corteza de pan en forma de cúpula venía esta maravilla de plato. El sabor de la sardina es indescriptible y con él volvemos a alucinar con la cocina de Casa Marcelo. Excelente e insuperable.



Tras la sardina llegó la Menestra de verduras del país, Yema de huevo y Ajoblanco. Un plato atractivo, atrevido y muy redondo. El ajoblanco encaja a la perfección con la menestra y el huevo rompe la monotonía del sabor. Iván no bajaba el nivel.



Cambiamos de vino a otro albariño para acompañar el plato de pescado. Esta vez sería uno del gran viticultor Xosé Luis Sebio, Coto de Gomariz CS'08 (DO Rías Baixas). El plato fue: Frito Mixto: cebolleta, codium y calamares. Un plato sorprendente que parecía lo que no era. Una genialidad de la casa.



Ya para cerrar como plato de carne probamos la Paletilla de Cabrito Asado con Trigo Verde. Un plato bueno con un dominio de la cocción que ponía punto final al menú que daría paso a los postres. 



Un pre-postre, Cerezas y Coco que además de ser fresco no era excesivamente dulce. Este dio paso al mejor cierre imaginable, la versión de Casa Marcelo de la Tarta de Santiago. Un postre cargado de simbolismo y que superaba cualquier versión de la tarta hasta entonces probada. 

Tras la cena pudimos hablar con Iván y trasmitirle nuestras impresiones. Un tipo excelente que ante todo derrochaba humildad lo que puso de manifiesto que los grandes siempre son humildes. Un restaurante que hay que visitar en otoño, como nos comentó, ya que los productos dan más juego. Si es así no nos podemos ni imaginar la cena que nos puede esperar en otoño.


Casa Marcelo
Rua Hortas 1
Santiago de Compostela
986 87 28 84.
Precio 100-120€
www.casamarcelo-shop.com



Valoración personal.

Comida. (17/20)
Bodega. (15/20)
Servicio. (17/20)
Diseño y local. (19/20)

5 comentarios:

  1. Muy entretenida cronica. Lo unico que me choca es el Lalama 2010, ya que ahra solo se podria comprar un 2009, muy verde aun, al menos eso creo.

    Un saludo.

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    1. Muchas gracias Moongoose. Lamento el error tipográfico que como bien sabrá los tintos a diferencia de los blancos rara vez son consumidos el año posterior a su cosecha. Y efectivamente el tinto que acompaño la comida era de la añada de 2008.

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  2. Me llama la atención que, en este recorrido por Galicia, y tan exhaustivo por el Grupo Nove, no haya visitado el restaurante Pepe Vieira. Si no lo conoce se lo recomiendo, tanto por la comida como por el ambiente, además de ser uno de los locales (si no el más) más espectaculares de Galicia. Un saludo.

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  3. Hola, me gustaría compartir con ustedes un poco. Solla es uno de esos restaurantes que se han Spainish / comida gallega rústico a la level.Pepe lado tiene una pasión por la comida, la comida te hace llorar su tan bueno! Costillas ibérico cocido al vacío con crujientes vainas de guisantes era uno de los aspectos más destacados o era el queso blando hecho en casa que servía de una caja de madera de Pepe sí mismo. La experiencia del comedor es realmente mágico, detalles como un taburete de madera al lado de la mesa sólo para mi bolso estaba muy pensativo. Gluten pan libre se preparó especialmente para mí caliente y crujiente del horno y Pepe explicó todos los platos para que pudiera omitir nada de gluten, sólo 2 platos tuvo que ser modificado. El restaurante está a una milla de Pontevedra y el comedor tiene ventanas grandes que tienen unas vistas impresionantes de las tierras agrícolas. Bebiendo vino Albariño, viendo la puesta de sol y comer comida maravillosa en este restaurante será un recuerdo que nunca olvidaré. gracias!

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  4. Gozar del vino en un restaurante es un placer, pero también puedes llevarlo a casa comprándolo online. Cada sorbo trae consigo la esencia de momentos compartidos y la comodidad del hogar.

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