Mi primer restaurante, no puede ser otro, que uno de mis favoritos, El Lago de Sanabria. Al mando de este restaurante se encuentra Juan Loriente, un magnífico cocinero y de trato muy amigable que atiende personalmente recitando la carta a cada una de las pocas mesas que tiene. Este restaurante ubicado en el Barrio Salamanca es uno de esos restaurantes tradicionales de Madrid. Se sitúa a pocos metros una de las mejores barras de la ciudad, Jurucha, (Las mejores barras de Madrid de Carlos Maribona) en la calle Ayala, en pleno corazón del Barrio Salamanca, y aun así no le resta protagonismo alguno.
Se podía denominar tasca ilustrada pero considero que es algo más. El Lago de Sanabria tiene esa característica que pocos restaurantes tienen; que es la capacidad de hacer sentir a sus comensales como en casa. Estando allí te trasladas al auténtico Madrid, ese en el que los camareros dominan el arte de servir y la comida te recuerda que estás en España, y qué buena que es esa sensación.
Se pueden degustar platos tradicionales de la cocina castiza como: callos, pochas o verdinas; y también platos de cocina regional como: bacalao al pil-pil o una fabada. Pero fundamentalmente en lo que destacan es en sus platos de caza como: perdiz estofada o becada al horno.
Acudimos a este restaurante para almorzar, ya que no es posible acudir a cenar, fuera del viernes noche. El que solo dé comidas es un inconveniente para mucha gente que intenta encontrar un restaurante tradicional para cenar entre semana en el Barrio Salamanca. Después de haber reservado, requisito sine qua non, fuimos una vez más con las mismas ganas que la primera vez. Nada más llegar hay que pedir ensaladilla rusa (aperitivo que hay que probar) y así lo hicimos.
Tras la llegada de Juan y su recital de la carta; hay que decir que mucha gente encuentra en esto un inconveniente porque desconoces el precio de los platos y a lo que no puedo decir otra cosa; comimos diferentes platos de primero: verdinas, habitas con jamón y pochas. Considero que el dominio de Juan de las leguminosas es patente en la gran aceptación de todos los comensales y de la clientela en general. Como segundos pedimos también diferentes platos, que fueron: bacalao al pil-pil, perdiz estofada y salmonetes. El bacalao al pil-pil, plato tradicional de la cocina vasca, tenía una textura perfecta y le acompañaba la salsa espesa característica. En el otro extremo, la perdiz estofada, sencillamente, excelente; como en otras ocasiones lo estaba el rabo de toro (otro de los platos estrella del local). El vino que presidió la comida fue el de la casa: Viña Amézola - Crianza 2006 (Rioja) que es un vino muy normal (Tusbodegas.com).
Llegamos a los postres que sin ser el plato fuerte del lugar son buenos. De postres probamos: pudín, bastante bueno pero no excelente, y tarta de Santiago.
Valoración personal.
Comida. (14/20)
Vino. (12/20)
Servicio. (14,5/20)
Diseño y local. (9/20)
Se podía denominar tasca ilustrada pero considero que es algo más. El Lago de Sanabria tiene esa característica que pocos restaurantes tienen; que es la capacidad de hacer sentir a sus comensales como en casa. Estando allí te trasladas al auténtico Madrid, ese en el que los camareros dominan el arte de servir y la comida te recuerda que estás en España, y qué buena que es esa sensación.
Se pueden degustar platos tradicionales de la cocina castiza como: callos, pochas o verdinas; y también platos de cocina regional como: bacalao al pil-pil o una fabada. Pero fundamentalmente en lo que destacan es en sus platos de caza como: perdiz estofada o becada al horno.
Acudimos a este restaurante para almorzar, ya que no es posible acudir a cenar, fuera del viernes noche. El que solo dé comidas es un inconveniente para mucha gente que intenta encontrar un restaurante tradicional para cenar entre semana en el Barrio Salamanca. Después de haber reservado, requisito sine qua non, fuimos una vez más con las mismas ganas que la primera vez. Nada más llegar hay que pedir ensaladilla rusa (aperitivo que hay que probar) y así lo hicimos.
Tras la llegada de Juan y su recital de la carta; hay que decir que mucha gente encuentra en esto un inconveniente porque desconoces el precio de los platos y a lo que no puedo decir otra cosa; comimos diferentes platos de primero: verdinas, habitas con jamón y pochas. Considero que el dominio de Juan de las leguminosas es patente en la gran aceptación de todos los comensales y de la clientela en general. Como segundos pedimos también diferentes platos, que fueron: bacalao al pil-pil, perdiz estofada y salmonetes. El bacalao al pil-pil, plato tradicional de la cocina vasca, tenía una textura perfecta y le acompañaba la salsa espesa característica. En el otro extremo, la perdiz estofada, sencillamente, excelente; como en otras ocasiones lo estaba el rabo de toro (otro de los platos estrella del local). El vino que presidió la comida fue el de la casa: Viña Amézola - Crianza 2006 (Rioja) que es un vino muy normal (Tusbodegas.com).
Llegamos a los postres que sin ser el plato fuerte del lugar son buenos. De postres probamos: pudín, bastante bueno pero no excelente, y tarta de Santiago.
Valoración personal.
Comida. (14/20)
Vino. (12/20)
Servicio. (14,5/20)
Diseño y local. (9/20)
Restaurante Lago de Sanabria.
Calle Ayala 23
Distrito: Barrio Salamanca
Horario: Lunes a Viernes (mediodía) y Viernes (noche).
Teléfono: 914311506
Precio medio: 30 - 45 €.
En un restaurante, el mobiliario adecuado es la base de una experiencia placentera. Sillas cómodas y mesas funcionales complementan el ambiente, creando momentos gastronómicos inolvidables para los comensales.
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